martes, 8 de julio de 2014

Un tiempo que nunca olvidaré

Han pasado ya dos semanas desde que #UnAlmerienseEnHasselt pasó a ser parte del pasado. En teoría. Hace un rato, en la soledad de mi habitación, comenzaron a llegar recuerdos, y fue la primera vez desde que volví a casa que sentí nostalgia por mi tiempo en Bélgica.

Es cierto que las últimas semanas de mi erasmus no actualicé todo lo que debí este espacio, pero fue, sencillamente, porque necesitaba disfrutar de la experiencia, que se escapaba entre mis dedos, y no sentía la necesidad de plasmarlo en palabras. Tenía muy buenas intenciones, quería hablaros más en profundidad de mi vida en Hasselt, pero todo pasó muy rápido y no había tiempo para contar. Todo queda en mi cabeza, y aunque solo he plasmado un pequeño porcentaje de lo que he experimentado, espero que en el futuro sirva de ayuda a alguien, como ya ha pasado.

Mis últimas semanas en la ciudad fueron tranquilas. Terminé todo mi trabajo la primera semana de junio así que tuve mucho tiempo para disfrutar la ciudad y decirle adiós. También para conocer un poquito más el país: cuatro días antes de marchar fui por primera vez a Brujas y aproveché el viaje para ir a Ostende (ciudad playera de Bélgica). Una despedida espectacular, aunque también una semana antes decidí que no había conocido suficientes países en mi experiencia internacional, así que nos pusimos rumbo a Luxemburgo, y no me arrepiento, ya que encontré un pequeño país maravilloso, relajante y lleno de encanto.

De mi experiencia hay muchas cosas de las que me arrepiento, pero hay una de la que no: de haber vivido mi vida como he querido y sin dar explicaciones ni porqués. Es algo que os aconsejo. Cuando se está en el extranjero no se debe tener miedo a decir lo que se piensa por que pueda sentar mal a otros. Yo lo hice, y aunque me llevé algunas decepciones debo admitir que fue mi mejor decisión. Al fin y al cabo tus amistades lo deben ser por algo más que por el simple hecho de no conocer a nadie en el lugar donde residas.

Si vas a vivir próximamente una experiencia erasmus o similar, no dudes a abrirte al resto. No cometas el error de recluirte en el "gueto español" solo porque sea la forma fácil y rápida de no estar solo al principio. Los principios son duros, pero lo mejor es escoger con conciencia quien quieres que te acompañe en tus recuerdos cuando vuelvas a casa, aunque algunos, claro está, lo harán por inercia.

Esta experiencia me ha ayudado a conocerme más a mi mismo, a saber que quiero volver a vivir en el extranjero, a pensar en infinidad de cosas que rodean mi vida... Y el proceso todavía dura. Por desgracia, ahora desde casa, al menos por un tiempo... ¡Y quién sabe lo que puede venir!

Me sigo sintiendo un almeriense en Hasselt. Espero que esa sensación nunca acabe.

martes, 20 de mayo de 2014

Brussels Pride: una oportunidad para aparcar tus complejos

El pasado sábado 17 de mayo se celebró el Brussels Pride, un evento que convierte cada año a Bruselas en la capital europea de los derechos LGBTI. Con 80.000 participantes el año pasado, se esperaba que este, cuando los derechos están siendo arrebatados cada vez más y más cerca de la UE, rompiera previsiones, y así fue; 100.000 personas nos dimos cita el sábado en la capital belga.

Coincidiendo con el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, la ciudad mezcla perfectamente la diversión y la reivindicación con una manifestación a la que se unen colectivos, asociaciones de todo tipo, partidos políticos y sindicatos.


Con mis compañeras de Polonia, Singapour y Estados Unidos, me dispuse a disfrutar de una jornada de la que llevaba tiempo escuchando hablar, pero que no esperaba tan alucinante. Gente sin ningún tipo de complejos ni tabús, nadie mirando por encima del hombro a nadie y muchas ganas de diversión reinaron en la "parade". Después frente al escenario central se dieron cita miles de personas para disfrutar de la música de DJs, aunque nosotros preferimos adentrarnos por el "barrio gay" y disfrutar de la música que los pubs ponen en la calle, y ya os digo que la disfrutamos bien: teníamos intención de volver en el tren de las 18:40 cuando decidido prorrogarlo una hora. Y luego otra, Y otras dos más. Y finalmente cogimos el tren de las 22:40, el último que llegaba hasta Hasselt, aunque por nosotros nos habríamos quedado unas horas más :)

Ridiculizando a Putin, que nunca está de más

viernes, 16 de mayo de 2014

Viaje a Budapest y Viena

Viajar durante tu erasmus no aparece en el contrato de estudios, pero debería ser una asignatura oficial con créditos si no es una obligación para ti. Lo de ir a países que estén cerca de donde vives es un deber, pero la opción de visitar países que desde el tuyo saldrían más caros, también es buena.

Y ahí nos fuimos el 2 de mayo desde el aeropuerto de Charleroi hasta el de Budapest por 86 euros en mi caso (hubieran sido 64 si me hubiera esperado dos horas, así que no hagáis la reserva a la desesperada), más 5 euros de taxi desde la estación de tren de Charleroi al aeropuerto y otros 5 euros desde el aeropuerto de Budapest hasta la ciudad.

Monumento a los Judíos fusilados en la II G.M.
Y como no hay viaje sin drama, nada más bajarnos con nuestras maletas y llegar a un hotel llamado "Day & Night Party Hostel" (que sabíamos que era el hotel porque ponía el número en la puerta) nos vemos en la calle a las 00:30 del día 3 de mayo porque, según nos dicen "hubo un problema con hostalbookers.com y dio más habitaciones de las disponibles". Nuestra fianza en la mano y gracias por venir.

Tras dos horas y media dando vueltas por otros hostales y apartamentos, sin éxito, dimos con los huesos en casa de unos brasileños hospitalarios (no cualquier persona abriría su casa a las 3 de la madrugada para que 10 personas la invadieran) que nos dejaron dormir repartidos entre salón y habitaciones en condiciones bastante agradables, debo decir. 

A la mañana siguiente búsqueda de hostal, desayunito y puesta en marcha, y debo reconocer que el cambio fue a mucho mejor: nos encontramos con un hostal renovado y prácticamente en pleno centro de Budapest, el GOODMO, muy recomendable si visitais la ciudad.

Puente de las Cadenas al fondo
Y ya si, nos pusimos rumbo al Central Market, la Ciudadela, el Castillo de Buda. y el Bastión de los Pescadores A la vuelta a Pest a través del Puente de las Cadenas, pasamos por Váci Utca, la calle comercial repleta de tiendas para deleite del turisteo. Por la noche fuimos de fiesta a un sitio llamado Instant, que no recomiendo en sábado, porque la mezcla entre el sofocante calor humano y la estrechez de sus pasillos lo hace un sitio poco confortable.

El segundo día, 4 de mayo, guiados por mi amigo Momo que está trabajando en la ciudad, vimos la Cafetería de Sissi, la Basílica de San Esteban, la Ópera y la Avenida Andrássy. Tras ir a la estación de tren a comprar los billetes para Viena (29 euros ida y vuelta), parada obligatoria en el Parlamento, bajada por el Danubio, parada en el monumento a los judíos fusilados en la Segunda Guerra Mundial y por último visita a la Sinagoga Judía. 

Plaza de los Héroes

El lunes 5 de mayo volvimos a subir por el Danubio hasta el Parlamento y tras ver a la guardia real hacer una danza bastante cómica a sus puertas, llegamos hasta la Isla de Santa Margarita, donde una fuente de chorros de agua al ritmo de la música nos recibió. A eso de las 14:00 nos pusimos camino a lo que en mi opinión fue lo mejor del viaje: las termas de Budapest. Más de 4 horas de culto al cuerpo entre baños de agua caliente, fría, saunas, vapor... Una experiencia que nunca olvidaré.

Mercado Central
Después de visitar la Plaza de los Héroes y pasar por Váci Utca para hacer unas compras de última hora, vuelta al hostal y visita al Danubio de noche (aunque la próxima vez la haré antes de las 00:00, hora en que apagan las luces de los monumentos, aunque no dejó de ser bonito ver la silueta de los edificios) y confirmación del mito de los italianos.

Con respecto a la comida y demás, debo reconocer que Budapest es una ciudad bastante barata a la hora de comer, aunque el ejemplo de los kebabs (menos de 2 euros) es poco válido, ya que los que puedes encontrar por la calle son la mitad de grande que los típicos que encuentras en España. Si que es cierto que la bebida de marca (Heineken por ejemplo) es mucho más barata y en general comer también, pero si no te alejas de la zona centro y de las tiendas 24 horas, pagarás precios muy similares a los que puedes encontrar en España.

Ya el día 6, con el cansancio de varios días acumulado, nos dirigimos a Viena para ver la ciudad en una visita express. Tras llegar al Labyrinth Hostel y encontrarnos unos locales comerciales convertidos en hostal, nos pusimos a dar vueltas por la ciudad: Ringstrasse, Ópera, Parlamento, Ayuntamiento, Universidad... Por desgracia no pudimos visitar ningún palacio, pero debo reconocer que la escapada a Austria fue una idea genial y que la ciudad me fascinó.

Y ahora, con la mente puesta en Londres el próximo 21 de mayo... ¡Nos vemos!

lunes, 28 de abril de 2014

Estudiar idiomas en Hasselt

Aprovechar el Erasmus para aprender un nuevo idioma no es una opción, sino un requisito. Aunque a mi, por tiempo, no me fue posible unirme a los cursos ofertados por las dos principales academias de lenguas de la ciudad, quienes conozco que lo hacen han tenido una muy buena experiencia.

Dutch, francés, inglés, árabe... Hay varias lenguas que puedes aprender. Además existen descuentos para estudiantes dependiendo de la universidad en la que estudies. En total, un cuso de 4 meses te puede salir por unos 150 euros, libros incluidos.

Puedes encontrar las escuelas de idiomas de Hasselt aquí:

PCVO Handel Hasselt
Elfde-Liniestraat, 26

SYNTRA Limburg Campus
Governeur Verwilghensingel, 40


viernes, 25 de abril de 2014

Gracias

Desde el fondo de mi corazón, gracias a los que estáis por estar ahí. Sentiros cerca desde tan lejos es emocionante. Y desde aún más al fondo, gracias a quienes no estáis. Una cura de realidad siempre viene bien.

miércoles, 23 de abril de 2014

One-day trip: Antwerpen, Amberes para los escépticos

El problema de la traducción de los nombres de ciudades europeas es milenario y aburrido, así que hoy voy a contar mi viaje a Antwerpen o a Amberes, todo depende de lo escéptico que seas.

Si eres Erasmus en un país de tradición católica, la semana santa es una buena oportunidad para viajar. En el caso de Bélgica, son dos las semanas que los estudiantes, tanto de secundaria como de educación superior, tienen de Easter Hollidays. Nosotros decidimos quedarnos en Bélgica, entre otras cosas porque el mes de mayo aprovecharemos para patearnos Europa, pero no podíamos quedarnos en casa, así que decidimos visitar las principales ciudades belgas en las que aún no habíamos estado, o en las que aún habiéndolo no habíamos conocido en profundidad. La primera parada: lunes santo en Antwerpen.

Amberes es una ciudad que, como las principales ciudades de Bélgica, no tiene grandes atractivos turísticos, así que puede ser vista en un día. Nosotros decidimos partir en día en dos: por la mañana turismo y por la tarde shooping. La ciudad cuenta con una calle enorme en la que podréis encontrar las principales marcas de ropa, algunas incluso por duplicado, en la que os recrearéis si sois amantes de la moda o si, como fue mi caso, está llegando el buen tiempo y no trajisteis ropa demasiado veraniega.

Entre las cosas turísticas que debéis ver están la estación, la catedral y el ayuntamiento, un edificio en cuya fachada podréis encontrar decenas de banderas de países de todo el mundo. Una estampa que podréis ver en prácticamente cualquier guía de viajes sobre Bélgica.

Aprovechar para tomar un café por la zona es un deber, más si venís de una ciudad pequeña en la que no os lo podéis permitir (como es el caso de Hasselt). Ya sabéis: a más cafeterías, mejores precios. O esa es la teoría, al menos.

Otro de los lugares que debéis visitar es el río. Aunque Amberes vive prácticamente de espaldas al río, no podéis dejar de visitar el castillo junto a este, o tomar una fotografía en los carteles de Antwerpen que dan a los barcos la señal de llegada. Como foto postureo Erasmus yo le daría un diez. Eso como mínimo.

Entrada dedicada a Efi, fotógrafa oficial de la jornada / Post dedicated to Efi, oficial photographer of the day.

lunes, 21 de abril de 2014

Es país para Erasmus: viajar en y desde Bélgica

El mayor topicazo que existe entorno a quienes nos vamos de beca Erasmus es que a lo que realmente vamos al país de destino no es a estudiar o a hacer prácticas, sino a disfrutar de unas vacaciones de lujo pagadas por los españolitos. Como en nuestra estancia estaremos muy relajados, vamos a dejar a un lado los combates absurdos para rechazar esta idea preconcebida y a ceñirnos a ella como forma de vida. Pero, ¿Es posible viajar como Erasmus cuando Wert cada año nos da menos dinero? Pues si, señoras y señores: Bélgica es país para Erasmus.


Dentro de Bélgica
Aprovechar para conocer cada rincón del país en el que resides es un deber, y en el caso de Bélgica, al ser un país relativamente pequeño, es fácil de conseguir, especialmente con su empresa nacional de trenes, una referencia en Europa. Para viajar a otras ciudades belgas la mejor opción es comprar un GO PASS, un ticket de 10 viajes por 51 euros. Este billete solo está disponible para menores de 26 años (existe el GO PASS para mayores de 26 y ronda los 70 euros) y es un boleto con 10 casillas en las que deberás de escribir día de la semana, fecha, ciudad de salida y ciudad de destino. Lo bueno de este billete es que cada viaje cuenta como un solo pase, es decir, que aunque tengas que hacer varios trasbordos solo debes escribir la ciudad de origen y la de destino. 

Típica foto-tren 
Lo mejor es comprarlo desde el primer día, que fue mi caso, pero debes saber que si lo compras en el aeropuerto de Bruselas deberás pagar la DIABOLO FEE, una tasa especial de 5 euros con la que contribuyes al mantenimiento del aeropuerto, y que deberás pagar cada vez que vayas a este.

Si te gusta el riesgo, puedes montarte en un tren sin billete y rezar para que el revisor no pase, pero no te lo recomiendo: pasan muy continuamente, especialmente en los viajes largos. Lo que si puedes hacer es tratar de escribir en el pase con un bolígrafo con goma incorporada; esta españolada me ha ahorrado en la última semana 3 viajes (15,3 euros) y si lo hacéis con arte no os pillarán.

Para viajar entre ciudades muy cercanas también está la opción del autobús. En el caso de Limburg la empresa De Lijn es la encargada de gestionar los autobuses en la provincia belga y en la homónima holandesa. Si quieres ir a Maastricht es la opción más barata, pero debes saber que si compras el billete al conductor te costará 3 euros, y si lo compras en la ventanilla de venta de la estación tan solo 2. Además cuenta con pases de grupo y otras historias a las que todavía no he prestado mucha atención.


Desde Bélgica al extranjero
Hay varias opciones para viajar desde Bélgica al extranjero, pero solo os hablaré de las más baratas porque, a fin de cuentas, son las que nos posibilitan ir a más sitios.

En mi opinión la mejor opción para visitar países vecinos (Países Bajos, Francia, Reino Unido, Alemania, etc...) es la empresa de autobuses EUROLINES. Con ellos realicé mi viaje a París por el módico precio de 33 euros ida y vuelta, pero si lo contratas con bastante antelación puedes encontrar ofertas como la que me llevará a mi a Londres en mayo, por solo 21 euros. En general, los precios son más baratos cuanto más temprano sales, pero también depende de la temporada. En su web venden viajes a París y Londres por 9 euros, pero es bastante difícil encontrar una combinación que cueste tan poco; la mejor opción es probar varias combinaciones y comparar precios. Otra de las cosas buenas de la compañía es que tiene sedes en las principales ciudades belgas, por lo que podéis buscar el mismo destino desde varias ciudades para que vuestras fechas y horas encajen a la perfección.

Un consejo: si vais a comprar varios billetes, no lo hagáis desde el mismo ordenador. Los billetes de varias personas comprados a la vez suelen salir más caros que los individuales. Lo que si debéis tener es cuidado y comprarlos todos a la vez, ya que los precios suben con respecto a la demanda. También debéis siempre de hacer las búsquedas desde la versión belga de la web, ya que desde las versiones de otros países los precios son mucho más altos (no os preocupéis, podéis poner el idioma en inglés).

La otra opción para viajar fuera de Bélgica son las compañías aéreas de bajo coste. Ryanair opera desde los dos principales aeropuertos belgas, y en ocasiones encuentras vuelos bastante baratos. Una buena opción si queréis aprovechar para visitar países no tan cercanos. Eso si, debéis tener en cuenta que para llegar al aeropuerto de Charleroi tendréis que coger un tren hasta la ciudad y desde la misma estación hasta el aeropuerto (unos 5 euros y 20 minutos de camino).

¡Viajad Erasmus, viajad! Nunca se sabe cuando volveremos a vernos en una de estas...

jueves, 10 de abril de 2014

Reclamando mi voto en las europeas #MiVotoCuenta

Esta mañana me he puesto rumbo a Bruselas a solicitar el voto por correo en las elecciones europeas del próximo mes de mayo. En mi residencia somos unos 10 españoles y soy el único "parguela" que lo ha hecho, ¿Por qué? Porque nuestro querido gobierno se encarga de que a la poca tradición participativa de los españoles se una la desinformación acerca de unos complejos trámites para conseguir una participación escasa; porque una participación escasa supone la continuidad del bipartidismo.

Todo empezó antes de venir. Pensando en todas esas cosas que me perdería en mi estancia en el extranjero, me acordé de que el mayo tocaban elecciones europeas (las primeras en las que tendría derecho a participar) y decidí ponerme manos a la obra para esclarecer que tendría que hacer. Mandé un email a la embajada española en Bruselas cerca de un mes antes de venir a Hasselt, y me respondieron que aunque las elecciones aún no habían sido oficialmente convocadas, el procedimiento sería el mismo de todos los años. Básicamente tienes que hacer dos trámites:

                      1. Inscribirte como residente temporal en el país.
                      2. Solicitar el voto por correo en las elecciones correspondientes (válido para generales, autonómicas y locales también).

En un principio me dijeron que podía hacer todo esto por correo, pero como no me fiaba (y viendo que iba a vencer el plazo) volví a escribir y me dijeron que me tenía que personal en el CONSULADO ESPAÑOL EN BRUSELAS (que no la embajada). Como en la primera ocasión me hablaron de embajada, he estado media mañana dando vueltas entre instituciones (algo que NO echaba de menos de España) pero finalmente he cumplido mi objetivo. Tan solo son necesarios una fotocopia del D.N.I. y una foto de carnet (para la inscripción como residente temporal) además de los impresos (que te facilitarán allí). Si estás residiendo en Bélgica (o en cualquier país de la UE) aún puedes solicitar tu voto por correo antes del 26 de abril.

Probablemente no haya gente que entienda que haya gastado dinero y tiempo en viajar desde mi ciudad a Bruselas para solicitar el voto en unas elecciones, pero la razón es muy sencilla: todos estos trámites absurdos que en la era tecnológica deberían de ser sumamente sencillas tienen un fin claro, y es disuadir a la gente de interesarse por votar. Hoy miles de españoles se ven abocados a marcharse del país en busca de un futuro, y eso es algo que el gobierno español tiene muy presente. Un voto por correo desde el extranjero es más que probablemente un voto menos para el bipartidismo, un voto menos para la permanencia del sistema y una voz más contra el austericidio que cada día se cobra vidas. Por ello, y pese a ellos, mi voto en estas europeas estará presente, y será otra de muchas voces exigiendo DEMOCRACIA, TRABAJO Y LIBERTAD.

miércoles, 9 de abril de 2014

Dos meses en Hasselt

Hoy este almeriense en Hasselt cumple dos meses viviendo como Erasmus. Dos meses en los que ha tenido que adaptarse a un nuevo país, una nueva cultura, una nueva forma de vida y, lo más difícil, a tener lejos a los suyos. Nunca antes había estado tanto tiempo lejos de los míos, y debo reconocer que está siendo una experiencia de superación que me está haciendo encontrar sentimientos que no sabía que estaban en mi interior.

Probablemente por todo este camino de auto-conocimiento que está siendo mi estancia en Bélgica estaré cometiendo muchos errores, algunos de los cuales serán perdonados y otros que seguramente no, pero decidí afrontar mi Erasmus como una forma de encontrarme a mi mismo, y estoy centrado en ello. En ocasiones un poco de egoísmo es la única forma de poder ser feliz, y aunque estoy echando de menos exactamente a la misma gente que pensaba que añoraría, he intentado apartar todo lo que ocurre en Almería de mi día a día, porque si no puedo estar ahí, ¿Qué me aporta estar a medio camino entre dos países?

Esto por supuesto no significa que no me importe lo que os ocurra. Tengo muy presente que much@s de vosotr@s tenéis problemas en vuestro a día a día, en vuestro entorno, y no quiero otra cosa sino que se solucionen pronto. No os tenéis que preocupar por mi; he tenido la suerte de dar con una familia vasco-valenciana-andaluza-griega que me apoya y en la que me apoyo, y trato de vivir mi día a día disfrutando, también trabajando, pero sobretodo disfrutando de esta experiencia que me ha dado la vida. 

Necesitaba un tiempo alejado también de todo lo que los simples meten en el cajón de la "política", eso que para mi es la "lucha social" (aunque suene muy idealista) y por lo que opté no como forma de acallar la conciencia, sino como forma de autorealización, como única vía para no acumular todo ese odio hacia el funcionamiento de las cosas y acabar explotando. Espero que a mi vuelta unas pilas cargadas al máximo me devuelvan a las andadas. 

Dos meses como almeriense en Hasselt. Os quiero. Os echo de menos. Os echo de menos tanto que a veces duele. Pero tiene que ser así. Besos mundo.

Viaje a París

Cuando supe que venía de Erasmus a Hasselt me puse 3 objetivos: París, Amsterdam y Londres. La semana pasada taché el primero tras cumplir el deseo que pedí cuando tiré una moneda al río Sena en 2010; volver a París.

Notre Dame desde el puente del amor
Disfrutar de una beca Erasmus es una oportunidad para poder conocer diferentes países en el entorno del país en el que residas. Con la suerte de que Bélgica está en el corazón de Europa (o más bien de la Unión Europea) junto a las catalanas Carla y Marta, el vierrnes 27 nos pusimos rumbo a Francia en un autobús de la compañía Eurolines (de la que os hablaré en otra entrada). Por 33 euros ida y vuelta (tasas incluidas) y con salida y vuelta desde la estación de Bruselas Norte, disfrutamos de 4 días y 3 noches. Nos alojamos en el Hostal Blue Planet, a menos de 2 minutos de la estación de metro Gare de Lyon, por 15 euros la noche.

El primer día, después de hacer el check-in, aprovechamos para subir por el río Sena andando hasta Notre Dame y ver toda la zona del Barrio Latino, Pantheon y La Sorbona. Por la noche pasamos por el Hotel de Ville y no pude evitar convencerlas para ver la Torre Eiffel de noche, una experiencia que no puedes dejar pasar si vas a la ciudad del amor, especialmente los primeros cinco minutos de cada hora hasta el amanecer, cuando la torre se ilumina con luces de flash.

Montmatre y El Sagrado Corazón
El segundo día, y sin apenas descansar, mientras las chicas hacían cola para subir a Torre Eiffel, yo, que ya subí en 2010 al anochecer y no quería cambiar ese gran recuerdo (ni pagar los cerca de 12 euros que cuesta llegar hasta arriba) decidí bajar por el río Sena hasta el Parlamento y acabar visitando el Museo d'Orsay. Tras sortear tres rumanos que intentaban engañarme con el truco del anillo (fingir que se te ha caído un anillo que ni siquiera está cerca de dónde tú has pasado para intentar robarte) crucé por el Puente de los Inválidos hasta los Campos Eliseos, pasé por la Oficina de Turismo y visité El Obelisco, dónde había quedado con las chicas. Por la tarde, después de hacer un picnic en los campos, visitamos el Arco del Triunfo y volvimos a Notre Dame a intentar subir a la torre, sin éxito (hay que entrar 45 minutos antes de cierre) y repetimos fallo en El Pantheon. Acabamos la tarde en los Jardines de Luxemburgo y la noche en la zona del Centro Pompidou.

A la salida del Museo del Louvre
El tercer día tuve la ocasión de completar mi tarea pendiente en París: visitar el Palacio de Versalles. Emocionado por la grandiosidad de su interior y exterior, volvimos en el mismo tren que nos trajo (poco más de 6 euros ida y vuelta para jóvenes y unos 45 minutos de viaje) para, por la tarde, visitar Montmatre, el Sagrado Corazón, la Cafetería de Amelie y la zona del Mouline Rouge. Ya de vuelta al hostal y sin pies, debido a la cercanía, decidí pasar por la Plaza de la Bastilla, de la que queda poco de la Revolución Francesa.

El último día aprovechamos la mañana para visitar a la Mona Lisa en el Museo del Louvre, aunque yo me quedo más con La Coronación de Napoleón, un cuadro majestuoso incluso para, los que como yo, no tenemos ni idea de arte.


París me ha hecho recordar mis años de instituto, ya que la primera vez que visité la ciudad fue de viaje de estudios. A ellos, quienes siguen presentes en mi vida a través de facebook y de quienes no se nada desde hace años, va dedicada esta entrada. Gracias por los buenos momentos y mucha suerte en la vida :)

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